Es en la capacidad de prever los futuros conflictos, desde el profundo conocimiento que de la naturaleza humana adquirimos, donde podemos aportar un valor que jamás será apreciado, pero que, sin duda, está ahí y es real.
Por tanto vemos como se puede añadir un nuevo criterio de diseño y una nueva herramienta de diseño, la definición de los espacios en la división horizontal y las normas contenidas en los Estatutos de la futura comunidad de propietarios, que permiten regular el uso de los espacios.
Siempre se considera la normativa en cuanto condicionante o límite a la creatividad y labor de un arquitecto. Lo que no acostumbran a considerar es si sería bueno anticiparse al posible uso de ese espacio, los conflictos derivados y la solución normativa, siempre lenta y costosa, empleando la creación de normas internas como herramienta. Poder asesorar a los propios clientes promotores para que tanto el diseño del edificio como la naturaleza jurídica de los elementos del edificio y las normas estatutarias limiten los posibles supuestos de conflicto, es un valor añadido para la promoción. Supuestos frecuentes como la instalación de toldos o cerramientos, modificaciones estéticas, ruidos, etc… pueden ser prevenidos mediante la correcta división horizontal y normas Estatutarias que, sin contradecir la normativa vigente, la complementen.
Un espacio diseñado manteniendo en mente la reducción de posibles conflictos, es un espacio que podrá ser usado de forma relajada y civilizada, un espacio que aportará una experiencia de uso satisfactoria y que favorecerá el nacimiento de relaciones personales sanas y enriquecedoras, lo que a la postre, hará que sea un espacio valorado. Un espacio en el que todos ganarán.
Joaquín Fernández Navarro
GANA Arquitectura