La actualización de este emblemático establecimiento de la capital se planteó como una reforma integral capaz de renovar la imagen del local sin por ello renunciar a su esencia. Factores como su inmejorable ubicación frente a la Catedral de Málaga, en plena Plaza del Obispo, o la trayectoria adquirida dentro del imaginario ciudadano durante años, convertían a este diseño en un verdadero reto y una oportunidad única para participar de esta maravillosa ciudad y sus ciudadanos.
Una de las primeras claves consistía en acotar el alcance de la reforma, imponiendo como primera premisa mantener el nombre del local y trabajar con él de cara a una nueva conceptualización. En vez de centrar el diseño en el mítico bar televisivo que motivó el diseño original, se decidió abrir el planteamiento hacia el significado del nombre en sí mismo, valorando la idea del brindis, la alegría y el júbilo que describe esta cotidiana expresión.

Para ello, resultó fundamental optimizar el espacio interior a través del tratamiento de los materiales y paramentos, fomentando igualmente la apertura frente al usuario de las diferentes zonas concebidas. Este objetivo partía de la necesidad de contagiar al bar del éxito y la estética planteada previamente en la terraza, logrando espacios más diáfanos, atractivos y ligeros. Un guiño al clima mediterráneo y al poder fundamental de la luz.

De este modo, el bar se interpreta desde el concepto del encuentro entre lo tradicional y lo moderno, a través de una cervecería donde la madera se erige en material principal, fomentando su calidez y cercanía. El citado contraste de estilos se percibe desde la conservación de la barra original, como referente de su identidad, hasta la implantación de una genuina pared paramétrica, especialmente diseñada para este renovado establecimiento. Dicho elemento surge a partir de la cerveza como hilo conductor de la idea, aportando un ámbito de comedor más acogedor y exclusivo que dotara al bar de un nuevo emblema.

Contrastes como el empleo de madera envejecida en la solería frente al moderno hidráulico utilizado en la zonificación de espacios. Una terraza contemporánea y sutil frente a la imponente muestra del patrimonio histórico de la ciudad. Un rincón más recargado frente a la sencillez del espacio literario, diseñado en homenaje a la ciudad y a este bar como parte de su historia reciente, dando voz a artistas locales, como ejemplo de creatividad, arte y cultura.
Un nuevo hito cultural en la ciudad que contribuye a dotar de contenido y personalidad a este referente de la hostelería del lugar.

Con todo ello, en este discurso arquitectónico se han combinado nuestras ideas con la importantísima vertiente creativa del equipo de comunicación Doctor Watson, la precisión milimétrica del taller de producción iKono, y la profesionalidad de todo el equipo constructor Hecaserco. Todo ello gracias al esfuerzo de los propietarios y de Cerveza Victoria, como colaboradores principales.

Un trabajo en equipo que ha logrado aportar mayor valor al proyecto y convertir este reto en una inolvidable realidad.